Cerebro y dislexia, en la actualidad

Abstract

En este trabajo buscamos centrarnos en los disléxicos, un alumnado que, a pesar de estar amparado legalmente, sale perjudicado con el actual sistema educativo, basado fundamentalmente en la lectoescritura. Aunque estos alumnos tienen la capacidad intelectual intacta, les es difícil continuar con sus estudios. La dislexia es un diagnóstico comúnmente usado, bien sea porque la población infantil que lo padece es abundante (5%-17%) o porque el término es muy usado por colectivos de la psicopedagogía y educación, sin embargo, cabe destacar su falta de definición conceptual, así como la falta de consenso entre los autores investigadores de este en sus tipologías, dificultando así una apuesta clara por un método de intervención eficaz. Cada vez más, se busca integrar los conocimientos preexistentes del cerebro en la educación. De esta búsqueda, ha nacido una nueva disciplina denominada neuroeducación. En esta revisión crítica buscamos aunar estos dos conceptos, neuroeducación y dislexia, y ver como esta nueva disciplina puede beneficiar a la hora de tratar con este trastorno del neurodesarrollo. Los principales puntos en los que nos centraremos son por un lado la plasticidad neuronal, que es la base teórica de la neuroeducación, por otro lado, las neuroimágenes, con las que trabaja la neuroeducación. Esta nueva manera de visualizar el cerebro nos puede permitir diagnosticar con antelación la dislexia, mejorar el proceso de aprendizaje lectoescritor, predecir el resultado de la intervención, observar las rutas compensatorias que establece este tipo de alumnado y comprender de manera conjunta todas las consecuencias de la dislexia. También veremos, algunos programas neuroeducativos, que de manera vinculada podrían tratar casi todos los síntomas de ese trastorno. En este trabajo queremos destacar los amplios beneficios que puede aportar la neuroeducación a la lucha contra dislexia. Sin embargo, la dislexia es un trastorno complejo, y por lo tanto también lo será la manera de abordarlo. La neuroeducación no es la respuesta exclusiva a todos los problemas que se plantean, pero si puede ser una gran aliada.